#RAZONES PARA ESCRIBIR: TODOS DEBERIAMOS SER FEMINISTAS
- noviembre 20, 2017
- By Describiendo Mundos
- 11 Comments
Esta
mañana desperté queriendo leer o escuchar un gran discurso. No solo un
discurso, sino un gran discurso. De
esos que te erizan la piel y te hacen detenerte un segundo y reflexionar, los mismos
que te generan motivación y tal vez algo de angustia, angustia por nuestra
sociedad, por como actuamos, pensamos, construimos y dañamos, tanto el entorno
como a las personas que nos rodean.
Ciertamente
me encontré con esto último, un discurso que me generó angustia. No sé muy bien cómo llegue a él, únicamente
sé que coloqué en Google «Grandes discursos a lo largo de la historia» y luego
de varias páginas terminé en Youtube, alguien recomendaba este libro. No se me
hizo difícil encontrarlo y el hecho de que fuera tan corto, ayudó. Aunque, en
el fondo, lamenté que fuera tan corto.
Por
primera vez me topé con Chimamanda Adiche. Chimamanda es una escritora,
novelista y dramaturga nigeriana. En diciembre de 2012 estuvo en TEDxEuston, un
simposio anual centrado en África y en cómo motivar e inspirar a los africanos.
Chimamanda estaría como oradora, por ende, debía tocar un tema relacionado, sin
embargo, decidió hablar sobre el feminismo.
¿Por qué? Porque era necesario.

Fue
llamada feminista por primera vez a la edad de catorce años, para ese entonces
no sabía muy bien que significaba dicha palabra, pero su mejor amigo lo había expresado
de tal forma que sonó como si hubiera dicho: «Tú apoyas el terrorismo». Mediante
pequeñas anécdotas vividas en carne propia o a través de la piel de sus amigas Chimamanda
nos hace ver cómo somos nosotros quienes moldeamos la cultura que rige nuestra
sociedad, pues «la cultura no hace a la
gente. La gente hace la cultura», y así como hemos avanzado en ciertos
aspectos, hay otros que nos negamos soltar.
Chimamanda
se centra principalmente en Nigeria, su país, pero estés donde estés, te darás
cuenta que la desigualdad de géneros ocurre en todas partes y que, la mayoría
de nosotras en algún momento la experimentaremos–directa o indirectamente–, si
es que ya no lo hemos hecho.
Por
mi parte les contaré una pequeña anécdota:
A principios de año la esposa de mi tío se fue
de viaje, sería un viaje relámpago, únicamente iría a pasar tiempo con sus
hijos que viven en otro país. Los quince días que iba a durar su estancia se
convirtieron en meses. En ese lapso de tiempo, mi tío se fue descuidando un
poco, estaba más delgado, su ropa no estaba cuidadosamente planchada como lo
estaba la mayoría de las veces, entre otras cosas. Ese detalle obviamente
generó comentarios en la familia, todos concordaban en que mi tía era un poco
insensata por irse y dejarlo tanto tiempo solo.
Una
noche estando reunidos salió el tema a colación, una de las amigas de mi madre
dijo que la esposa de mi tía era una mala mujer, lo era porque ella estaba
consciente de que mi tío no tenía quien le cocinara, planchara y lavara la
ropa. Ella debía regresar al país porque mi tío estaba solo y haciendo lo que
se supone que le tocaba a ella.
Honestamente
intenté no ser grosera y que mi respuesta se quedara únicamente en mi mente,
pero no pude, así que un tanto molesta pregunté que qué pasaba con los más de treinta
años que llevaban juntos, que, si en todo ese tiempo el amor había sido
únicamente una fachada, ¿acaso él no extrañaba a la mujer con la que había
compartido prácticamente la mitad de su vida? Si esto no era así, nunca
necesitó una esposa, sólo necesitaba a alguien que le cocinara, planchara y
lavara, bien podía ser un hombre o una mujer.
Y
no me mal interpreten, mi respuesta no estaba únicamente guiada por el “amor”
que se debían, para mí era mucho más, ¿eso era lo único que teníamos que ser
para los hombres? ¿Maniquís y amas de casa? ¿Sexo e hijos? Estaba tan molesta
que le dije que por mujeres como ella era que vivíamos en un mundo tan machista y desigual.
Y
no voy a generalizar, porque si hay algo que odio es la generalización, pero
alrededor del mundo hay miles de mujeres que todavía creen que su existencia
debe girar alrededor de un hombre, de complacerlo y respetarlo, aunque él no
entregue lo mismo a cambio, y con ese pensamiento crían tanto a sus hijos como
a sus hijas. Al punto de que, si ven que otra mujer no cumple con el estándar
de “buena esposa” u otros estereotipos, inmediatamente la tachan.
Y no, no se trata de hembrismo,
se trata de que para pedir igualdad y respeto debemos empezar con otorgárnoslos
entre nosotras mismas.
Seguramente
estarán pensando que la amiga de mi madre es una señora criada en otro tiempo,
con otras costumbres; 6que ahora tenemos más oportunidades con relación a otras
épocas y blablablá, y si, tienen razón, pero les colocaré un ejemplo más
actual.
El
año pasado una de mis amigas salía con un chico, nos contó que cada vez que iban
al cine o comer, pagaban la cuenta entre los dos. De seis yo fui la única que
no se mostró “indignada”, el resto le cayó encima diciendo que era injusto, que
como él era el hombre debía pagar todo y blablablá.
En
ese momento yo lo único que pude hacer fue hundirme en una espiral de
pensamientos: «¿Pero por qué? ¿Por qué tienen que ser los hombres que paguen todo?
¿Por qué son ellos los que tienen que pedir matrimonio u otras cosas que se
“supone” son de hombres? ¿Cuándo
dejaremos a un lado los géneros y miraremos nuestras acciones sin catalogarlas?
No
debería importar si eres hombre o mujer y te gusta hacer lo quehaceres del
hogar o el trabajo pesado. Es más, si hablamos de la vida en pareja, desde mi
punto de vista se debería llegar a esa instancia en un tú a tú, el hecho de que
yo sea mujer no significa que todo lo relacionado con el hogar me toqué a mí. ¿Y
qué me dicen de los hombres? ¿El hecho de que les gusté y practiquen la danza
artística, por ejemplo, ya les quita lo varonil? Muy bien lo dijo Chimamanda: «¿Qué
pasaría si, a la hora de criar a nuestros hijos e hijas, no nos centráramos en
el género sino en la capacidad?»
Haberme
topado con este discurso fue un total acierto, un acierto que ustedes deberían conocer.
«Todos deberíamos ser feministas» es
el discurso que dio Chimamanda, transcrito. Es un libro o discurso que todos
deberían leer o escuchar, porque es un pilar básico para entender no sólo el
feminismo y lo que busca, sino una base para adentrarnos más en cómo mejorar
nuestra cultura. Aquí les dejó algunas frases que más me marcaron por ser
ciertas u otras que me hicieron reflexionar:

Ø Si hacemos algo una y otra vez, acaba siendo
normal. Si vemos la misma cosa una y otra vez, acaba siendo normal. Si solo los
chicos llegan a monitores de clase, al final llegará el momento en que
pensemos, aunque sea de forma inconsciente, que el monitor de una clase tiene
que ser un chico. Si solo vemos a hombres presidiendo empresas, empezará a
parecernos “natural” que solo haya hombres presidentes de empresas.
Ø El problema del género es que
prescribe cómo tenemos que ser, en vez de reconocer cómo somos realmente.
Imagínense lo felices que seríamos, lo libres que seríamos siendo quienes somos
en realidad, sin sufrir la carga de las expectativas de género.
Ø Pasamos
demasiado tiempo enseñando a las niñas a preocuparse por lo que piensen de
ellas los chicos. Y, sin embargo, al revés no lo hacemos. No enseñamos a los
niños a preocuparse por caer bien.
Ø El
mundo entero está lleno de artículos de revistas y de libros que les dicen a
las mujeres qué tienen que hacer, cómo tienen que ser y cómo no tienen que ser
si quieren atraer o complacer a los hombres. Hay muchas menos guías para
enseñar a los hombres a complacer a las mujeres.
Ø Enseñamos a los niños a tener
miedo al miedo, a la debilidad y a la vulnerabilidad. Les enseñamos a ocultar
quiénes son realmente, porque tienen que ser, como se dice en Nigeria, hombres
duros.
Ø Hay
gente que pregunta: “¿Por qué usar la palabra “feminista”? ¿Por qué no decir
simplemente que crees en los derechos humanos o algo parecido?” Pues porque no
sería honesto. Está claro que el feminismo forma parte de los derechos humanos
en general, pero elegir usar la expresión genérica “derechos humanos” supone
negar el problema específico y particular del género. Es una forma de fingir
que no han sido las mujeres quienes se han visto excluidas durante siglos. Es
una forma de negar que el problema del género pone a las mujeres en el punto de
mira. Que tradicionalmente el problema no era ser humano, sino concretamente
ser una humana de sexo femenino. Durante siglos, el mundo dividía a los seres
humanos en dos grupos y a continuación procedía a excluir y oprimir a uno de
esos grupos. Es justo que la solución al problema reconozca eso. Hay hombres
que se sienten amenazados por la idea del feminismo. Creo que viene de la
inseguridad que les genera la forma en que se les cría, del hecho de que su
autoestima se vea mermada si ellos no tienen “naturalmente” el control en
calidad de hombres.
Ø Pero, ¿por qué enseñamos a las
niñas a aspirar al matrimonio, pero a los niños no?
Y
esta no es una entrada sobre feminismo, de verdad, soy sólo yo después de haber
leído un gran discurso, soy sólo yo sintiendo que, en este sentido, vamos por
buen camino. No pierdo la fe en que seamos la generación que poco a poco reivindique
la figura de la mujer.
11 comentarios
¡Hola! Uau, vaya preciosidad de entrada, ¡te has superado! Me ha encantado cómo has desarrollado el tema a la perfección.
ResponderEliminar¡Nos leemos!
Un abrazo ❤
Definitivamente tengo que leer este libro después de leer tus palabras 😊 lo agrego a mi TBR de inmediato!
ResponderEliminarHe quedado sin palabras. Tengo que leer ese libro. Sin duda una entrada maravillosa.
ResponderEliminarLa verdad no soy feminista (tampoco estoy en contra) pero tu reseña me gusto mucho así que lo voy agregar a mi TBR. Un beso.
ResponderEliminar¡Hola!
ResponderEliminarYo casualmente leí este libro hace poco, y aunque siento que no me contó nada del otro jueves o que no supiera, creo que es un material muy recomendable para cualquiera, feminista o no, para que no sé, ¿la gente aterrice? y sea menos déspota en cuestión de género y ¿se les meta lo decente? aunque yo digo que lo decente si no te entra cultivándote y deconstruyendote también puedes metertelo dándote golpes contra la pared -y yo ayudo con eso-. BTW, qué cagada con lo de tu tío, ese hombre no tenía una esposa, tenía era una sirvienta no remunerada y aparte juzgada y estigmatizada por no actuar como tal por la familia. UGH.
Un beso.
Hola, Caly, me alegra mucho leerte por acá.
EliminarPues si, ciertamente si ya estas dentro del feminismo es un libro que en síntesis no aporta nada nuevo, pero si en cambio eres una persona que no sabe gran cosa y quiere adentrarse poco a poco en el tema este libro es imprescindible para iniciar. Es ameno, sencillo y muy muy claro, porque como dices, es muy recomendable para cualquiera.
Y lo de mi tío si, es una mi**** pero me da más impotencia ver como entre mujeres se atacan. Las cosas no van a cambiar mientras muchas de nosotras sigamos pensando de esa forma.
Besos!!
Falta sororidad, que se expanda el concepto.
EliminarHola!
ResponderEliminarMe encantó ésta entrada. La verdad es que discursos como esos hacen que no avancemos como sociedad. Es increíble que como mujeres no nos demos cuenta, más allá de que sea de otra época es como si no pudiesen pensar que las mujeres valemos más que ser amas de casa. No conocía a la escritora y que bueno que la presentes. Es más admirable aún que siendo de Nigeria decida hablar sobre el feminismo.
Un beso!!
¡Hola, Describiendo Mundos!,
ResponderEliminarMagnífica entrada. Chimamanda es una de mis grandes autoras pendientes. Considero que su obra es muy interesante, reivindicativa y necesaria, así que espero ponerme pronto con alguno de sus discursos, que son cortitos, para pasar más adelante a leer otras obras suyas. Gracias por traerla.
¡Nos leemos!
Hola, Mary:
ResponderEliminarPero, pero... ¡qué maravillosa entrada! Ya echaba yo de menos tus entradas-reflexión... Recuerdas que te conocí a una de ellas, ¿verdad? Creo que era la de si leer estaba de moda. Y bueno... has cambiado totalmente de tercio... pero... ¡me ha encantado!
Yo leí este libro hace poco y, según tenía entendido, el discurso estaba en YouTube. Veo que efectivamente es así. ¿Sabes que la primera cita que has destacado yo también la incluí en mi reseña sobre este libro? ¿Has leído el otro libro de la autora: el de Querida Ijeawejele? A mí me gustó un pelín menos que esté de que hablas hoy, pero igualmente es genial.
En fin... ¿qué más decirte además de que estoy totalmente de acuerdo con cada palabra que dices? Especialmente con eso de que somos las propias mujeres las que contribuimos a que el machismo siga vigente (y no, no todas, pero las hay). Y eso sí que es una pena.
Un saludo imaginativo...
Patt
PD: Creo que tú deberías estar en este club: https://unahabitacionvioleta.blogspot.com.es/ Think about it ;)
¡Hola! Tenía pendiente pasarme por aquí, ¡menuda entrada! Me alegro que descubrieras el discurso, por mi parte, tengo muy pendiente este libro y me han encantado las cositas que comentas, suena genial. Me ha impactado las anécdotas personales que nos cuentas, sin duda es sorprendente que a día de hoy siga habiendo gente con esta mentalidad :/
ResponderEliminarUn saludo,
Laura.